Anemia – ¿Qué es?, tratamiento y tipos

La anemia se define como un empobrecimiento de la sangre debido a una disminución de la cantidad total de los glóbulos rojos, así como ocurre luego de las hemorragias, o bien por enfermedades, ya sea de tipo hereditario, o adquiridas, en las que disminuye la cantidad de hemoglobina o bien el número de glóbulos rojos. Es decir, la anemia se trata de un problema de salud, de tipo relativamente común, y se caracteriza por la falta de células rojas de la sangre. Los datos reflejan que para tratarse de una anemia, la hemoglobina debe ser menor de 14g/1 en los hombres y de 12g/1 en las mujeres.
Los glóbulos rojos son las células que se localizan en la sangre, son los encargados de llevar el oxígeno a los tejidos y a los órganos. Los riñones son los encargados de secretar una hormona llamada eritropoyetina, la proteína reguladora de la eritropoyesis, el proceso de formación de glóbulos rojos.

Para entender el proceso de la anemia conviene saber lo que sucede con los glóbulos rojos, éstos son células de la sangre que conforman a la hemoglobina, misma que se conforma de una proteína (globina) y un pigmento (hemo). La hemo es la que da el color rojo de la sangre y se fija el hierro que transporta el oxígeno desde los pulmones hasta las células. El oxígeno es necesario para la producción de energía en las células y permite que los órganos puedan desempeñar sus funciones. El pigmento que se encuentra unido al oxígeno es de color rojo brillante y circula en las arterias. Cuando baja la cantidad de dichos glóbulos rojos, es cuando se puede hablar de una anemia como tal.

Dentro de los síntomas de anemia se encuentran de manera general el sentirse cansado (disnea) y sin aliento con más facilidad de lo normal, esto debido a que el corazón se ve obligado a trabajar más para suministrar oxígeno. A esto se le suma la palidez de la piel y las membranas mucosas (en la conjuntiva), taquicardia, dolor de cabeza, mareos y zumbido en los oídos. Ya en una etapa más avanzada se presenta una pérdida de apetito, amenorrea (el cese de la menstruación), impotencia en los hombres y a veces fiebre moderada.

Varias son las situaciones que pueden conducir a la presencia de anemia entre las que se incluyen la deficiencia de hierro, una enfermedad crónica, enfermedad de la médula ósea, una enfermedad genética o bien sangrado, es decir, un flujo de sangre fuera de los vasos sanguíneos.

Según datos ofrecidos por la Organización Mundial de la Salud, el 25% de la población mundial sufre de anemia. La mitad de dichos casos es debido a una deficiencia nutricional en hierro. Las personas con mayor riesgo de anemia son las mujeres con menstruaciones abundantes, niños en edad preescolar, y las mujeres embarazadas.

Causas

La anemia no es una enfermedad en sí misma, sino más bien es una condición que se presenta debido a algunos problemas de salud, que dependiendo de tipo presentará diferentes causas. Entre las principales se incluyen:

La pérdida de sangre representa una de las causas más frecuentes de anemia, muchas mujeres padecen un tipo de anemia límite, ya que por lo general su dieta no proporciona un suministro adecuado de nutrientes para reemplazar la sangre que se pierde durante la menstruación. Otra causa común de pérdida de sangre es el sangrado gastrointestinal. Algunos medicamentos, como el ácido acetilsalicílico y anti-inflamatorios también pueden causar sangrado gastrointestinal. Otras condiciones que pueden causar sangrado son: úlceras gástricas, hemofilia, hemorroides y anquilostomas.

Otra causa directa de la presencia de síntomas de anemia es la deficiencia de hierro, la causa más común se da a una ingesta dietética de hierro. El cuerpo requiere de hierro para producir hemoglobina, ésta es la proteína que se encuentra en las células rojas y que se encarga de llevar el oxígeno de los pulmones al resto del cuerpo, es también la que le da el color rojo a la sangre. Otras causas relacionadas con la ingesta dietética tiene que ver con la falta de vitamina B12 y ácido fólico en la dieta diaria.

Otra causa de anemia frecuente es la disminución de la producción de glóbulos rojos, la esperanza de vida de un glóbulo rojo es de unos cuatro meses, y las células rojas de la sangre deben ser sustituidas por otras nuevas, éstas son producidas en la médula ósea. Si la médula ósea se destruye o si sufre una lesión grave ya no es capaz de producir glóbulos rojos, además ciertos fármacos y la radiación pueden destruir a la médula ósea, aunque la causa más común es una reacción autoinmune, esto se produce cuando las células que protegen al cuerpo contra enfermedades atacan a los tejidos propios de la persona.

La anemia es común en personas que se encuentran en medio de un cuadro de enfermedad renal importante porque los riñones secretan una hormona llamada eritropoyetina, que conduce a la producción de las células rojas de la sangre por la médula ósea cuando el cuerpo las necesita. Cuando existe insuficiencia renal, los riñones no son capaces de producir suficiente cantidad de eritropoyetina, ocasionando anemia.

Cuando la destrucción de las células rojas de la sangre se da de manera más rápida que la velocidad de producción también se presenta la anemia. Cabe mencionar que los glóbulos rojos son degradados por el bazo, es decir por el órgano que filtra la sangre, cuando este órgano aumenta por algunas condiciones, como la enfermedad de hígado o lupus, retiene y destruye a los glóbulos rojos lo que lleva como consecuencia la aparición de la anemia.

Tratamiento

El tratamiento de la anemia depende en gran parte de la gravedad y de la causa de la enfermedad -ya que se trata de una dolencia que puede ser generada por múltiples factores- también se toma en consideración la tolerancia del paciente.
Existen varios tratamientos y son más o menos complementarios, pero aplicados conforme sea apropiado, esto es determinado por el tipo de anemia que se esté tratando, es decir el tratamiento de la anemia se aplica con respecto al origen de la enfermedad. Sin embargo de manera general los tratamientos para la anemia pueden incluir una o varias de las siguientes medidas:

• Vitaminas y Hierro: Se prescriben suplementos vitamínicos adecuados si es que existe una deficiencia de hierro, ácido fólico o vitamina B12, estos son tres elementos esenciales para la producción de los glóbulos rojos de la sangre. Existe un tratamiento que consiste en la ingesta de hierro por medio de la vía oral, entre los medicamentos más conocidos se encuentran el Tardyferron, o el Ferro Sanol, este tratamiento tiene un tiempo inicial de seis meses, pero todo dependerá del grado y tipo de anemia.

• Sangre: Una transfusión sanguínea es recomendable para superar una disminución significativa en la hemoglobina, sin embargo no trata en sí las causas de la anemia. Las transfusiones sanguíneas se usan también para reemplazar las células sanguíneas de la médula ósea, si es que ésta no las estaba produciendo como debería. Si se trata de una anemia aplásica se pueden recibir transfusiones sanguíneas durante muchos años, pero ha de estar supervisado bajo un estricto régimen médico ya que podría causar algunas complicaciones. En algunos casos, cuando se trata de una anemia hemolítica que es causada por la destrucción de las células rojas de la sangre, y cuando se encuentra en una fase un tanto avanzada, se opta por la hospitalización en un entorno especializado, para corregir rápidamente la anemia con transfusiones sanguíneas.

 Tratamiento con eritropoyetina: En algunas circunstancias se hace uso de este tratamiento, para tratar la anemia con eritropoyetina humana recombinante genéticamente, esto se hace para que imite la función de la eritropoyetina natural. La eritropoyetina es la hormona encargada de estimular la proliferación y maduración de las células rojas de la sangre en la médula ósea, su producción es perfectamente adecuada en aquellas condiciones fisiológicas que aseguran un suministro constante de oxígeno a los tejidos.

• Corticoesteroides: Este tratamiento se aplica para la reducción de la reacción de los anticuerpos contra los glóbulos rojos. Se administran corticoesteroides o fármacos inmunosupresores. Si el tratamiento con corticoesteroides no funciona, en ocasiones se opta por la esplenectomía, es decir la eliminación del bazo, ya que el bazo es el órgano donde se presenta la destrucción de las células rojas que la sangre produce.

Finalmente cabe señalar que una buena dieta es por demás importante, ya que ayuda al cuerpo a producir elementos de la sangre, el médico deberá guiarlo en el aspecto de nutrición, o bien canalizarlo con un especialista en la materia.

Tipos

Ferropenica

La anemia es una enfermedad de la sangre que se caracteriza por un número reducido de glóbulos rojos en la sangre, los principales síntomas son la fatiga, la tez pálida así como una dificultad pronunciada para respirar cuando se hacen esfuerzos. La anemia ferropénica es la más común o la que más se presenta en la población, y se debe a una deficiencia en el hierro. El hierro une el pigmento “hemo” a la hemoglobina que se encarga de transportar el oxígeno a las células del cuerpo, elemento esencial para que las células produzcan energía.

Este tipo de anemia es generalmente causada por la pérdida de sangre o bien por la falta aguda o crónica de hierro en la dieta diaria. De una manera menos común se debe a problemas en la misma producción de hemoglobina.

Debido a que los síntomas de anemia pueden deberse a otro problema de salud, un análisis de sangre en el laboratorio debe realizarse para obtener un diagnóstico apropiado, por eso el CSC (conteo sanguíneo completo) es el que comúnmente se receta por el médico.

Para prevenir la anemia en el cuerpo no está de más saber si eres una de las personas en riesgo, aquí cabe señalar que las que están más en riesgo son las mujeres en edad fértil con períodos menstruales muy fuertes, las mujeres embarazadas con embarazos múltiples, los adolescentes, los niños de 6 meses a 4 años, también las personas con un problema de salud que causa la pérdida de sangre en la materia fecal como: úlcera péptica, pólipos benignos de cáncer de colón, colorrecta, entre otros. Algunos vegetarianos, en especial los que no consumen ningún producto de origen animal como los veganos, y los bebés que no son amamantados son otras personas que se encuentran en riesgo de tener anemia ferropénica.

Para evitar la presencia de esta enfermedad, se recomienda el consumo regular de alimentos ricos en hierro. El hierro se encuentra presente en dos formas principales: el hierro hemo, que se localiza en fuentes animales y que es fácilmente metabolizado por el cuerpo. El hierro no hemo, que se encuentra en alimentos de origen vegetal y cuya absorción es más difícil. Generalmente una dieta sana y variada es suficiente para tener una ingesta suficiente de hierro. El hígado de carne o pollo, almejas, ternera, pavo y sardinas representan una importante fuente de hierro hemo. Por su parte, las frutas secas, melaza, granos enteros, legumbres, verduras, nueces y semillas incluyen hierro del tipo no hemo.

Hemolitica

La anemia hemolítica es un tipo de anemia que se presenta cuando se desarrolla una hemólisis, es decir, la destrucción prematura de las células rojas de la sangre, que liberan la hemoglobina en el plasma sanguíneo. El tiempo de vida de los glóbulos rojos es de aproximadamente 110 días, se habla de una hemólisis cuando dicho tiempo de vida es de menos de 100 días. La anemia hemolítica se presenta porque la médula no es capaz de compensar la pérdida de los glóbulos rojos en tan poco tiempo, por lo que ante la ausencia de glóbulos rojos la producción de la médula es insuficiente para equiparar a lo que se ha perdido.

La anemia hemolítica puede ser de tipo congénito o adquirida. Los síntomas de anemia en el caso de la anemia hemolítica son los comunes a los diferentes tipos de anemias cualquiera que sea su origen. Son más o menos intensos en función con la velocidad de instalación de la anemia, es decir, si se encuentra en una fase inicial o si se encuentra presente de manera crónica. Los síntomas de anemia se deben principalmente a la falta de oxigenación en los tejidos, y se incluyen: falta de aliento, fatiga, dolores, debilidad muscular, palpitaciones y una constante palidez.

La anemia hemolítica es una enfermedad que debe ser diagnosticada a tiempo, ya que puede ser potencialmente amenazante. En este tipo de anemia los glóbulos rojos que han sido destruidos se acumulan en el bazo, razón por la cual aumenta su volumen. Por eso, ante los síntomas de anemia iniciales, el médico examina el bazo buscando un aumento de volumen. Si el médico observa ictericia -acumulación de pigmentos biliares en la sangre- prescribirá pruebas adicionales.

Para confirmar la hemólisis es necesario hacerlo por medio de los estudios de sangre que son enviados por el médico, generalmente se presenta un aumento en la tasa de suero lacticodeshidrogenasa -LDH- que es la enzima presente en grandes cantidades en las células rojas de la sangre y que es liberada durante su destrucción. Si la tasa de haptoglobina -proteína de transporte de la fracción proteica de la hemoglobina- se reduce, se estima que se presenta una hemólisis ya que es la que se une a la hemoglobina liberada en el plasma. También si existe un aumento de la bilirrubina se puede tratar de una anemia hemolítica, sobretodo si esta se encuentra en una fase severa o crónica.
Una vez que se ha descubierto que se está presentando un cuadro de anemia hemolítica el paciente debe ser remitido a un especialista de manera inmediata. El tratamiento depende de la causa, si se trata de una anemia autoinmune el tratamiento de elección es el que incluye a los corticoesteroides.

Macrocitica

La anemia macrocítica es el tipo de anemia que se caracteriza cuando el tamaño de los glóbulos rojos -volumen corpuscular medio- es mayor que la estándar, por ejemplo la vitamina B12. La presencia de una anemia macrocítica debe ser determinada de una manera patológica precisa, generalmente se tiene que dar un descubrimiento biológico o clínico, es decir el proceso de diagnóstico es fundamentalmente esencial.

Cabe señalar que la causa más común de macrocitosis es el alcoholismo crónico. A pesar de esto varias son razones las responsables de esta patología, en primer lugar viene de una deficiencia de la vitamina B12 o folato -necesario para la producción y mantenimiento de nuevas células-, lo que también puede presentarse por una anomalía congénita en el metabolismo.

Lo anterior se traduce como un trastorno morfológico en la división celular para la biosíntesis del ADN anormal, lo que explica algunos de los síntomas de anemia macrocítica. El folato se encuentra directamente involucrado en la síntesis de ADN, mientras que la vitamina B12 se encuentra involucrada en el metabolismo del folato.

Otras causas que se consideran para poder diagnosticar efectivamente son:

• Las consecuencias de una hemólisis macrocítica falsa o mieloma múltiple.
• La anemia macrocítica megaloblástica, alcoholismo crónico, el hipotiroidismo y la quimioterapia.
Los síntomas de anemia macrocítica se encuentran relacionados con su grado de importancia y fase de la enfermedad, ya que se trata de una constitución progresista.

Como síntomas más importantes se encuentran:

• Ictericia en conjuntiva.
• La presencia de hemorragia es posible, aunque poco frecuente. El síndrome hemorrágico es más común en los casos de deficiencia aguda de folato.
• Signos neurológicos o neuropsiquiátricos pueden ocurrir casi en cualquier anemia, es más frecuente cuando existe una deficiencia de vitamina B12.
• En casos extremos se encuentra la presencia de esclerosis combinado con parestesis simétricas, dolor y rigidez de las extremidades, así como pérdida de equilibrio lo que sucede generalmente en la oscuridad.
• Aunque durante la deficiencia de folato, los trastornos del cerebelo se observan muy raramente si son posibles los trastornos neuropsiquiátricos.
• Cabe señalar que el alcoholismo crónico causa macrocitosis por toxicidad directa de la médula ósea por parte del alcohol y por el deterioro del metabolismo de folato por el hígado. Los brotes de anemia macrocítica pueden presentarse en la intoxicación aguda.
• El hipotiroidismo que se acompaña de una disminución de la mitosis a veces dando lugar a anemia macrocítica.

Para diagnosticar de manera cabal la presencia de anemia macrocítica en el cuerpo, se hacen ensayos de vitaminas, lo que se logra a partir del suero de 2 vitaminas, aunque también se pueden hacer en los eritrocitos folato. En los exámenes se obtendrá como resultado una deficiencia en los niveles de ácido fólico, folato sérico y en los eritrocitos.
Para tratar la anemia macrocítica se usan diferentes medios, entre los que se incluyen la ingesta de la vitamina B12 por vía oral o bien por inyección, el ácido folínico que también se administra ya sea por vía oral o en inyección.

Microtica

La anemia microcítica es el tipo de anemia que se caracteriza porque el tamaño de los glóbulos rojos -volumen corpuscular medio- es menor que la estándar, por ejemplo el hierro. Es decir, se dice que se trata de una anemia microcítica, cuando las células rojas de la sangre son anormalmente pequeñas, fenómeno que se encuentra acompañado por una disminución de la producción de hemoglobina. La hemoglobina es la proteína sintetizada por las células rojas de la sangre -eritroblastos- que está compuesta por una porción de proteína, globina y hierro hemo, que permite el transporte de oxígeno desde los pulmones hacia afuera, es decir hacia los tejidos, asimismo permite el transporte del dióxido de carbono de los pulmones hacia el exterior, lo que es expulsado a través del aliento.

Dentro de los síntomas de anemia del tipo microscópica se encuentran:

• Una pérdida en el sentido del gusto en la lengua.
• La presencia de queilitis angular, es decir, la lesión inflamatoria en la comisura labial, o en un rincón de la boca.
• Uñas quebradizas o con pérdida de su convexidad.
• A veces se presentan trastornos de la deglución -dificultad para tragar.

Para llegar a determinar un diagnóstico en el que se afirme que se trata de una anemia microcítica, se comienza por buscar una deficiencia real de hierro en el cuerpo. Si esto es positivo, el hierro sérico -cantidad de hierro en la sangre- se reduce, mientras que se da un incremento de la tasa de transferrina, la proteína de la sangre que se combina con el hierro y que se encuentra asociada con el azúcar, que se produce en el hígado y se almacena en la médula ósea, bazo e hígado.

Además los análisis de sangre mostrarán si se trata de una anemia microcítica cuando muestren un bajo recuento de reticulocitos -glóbulos rojos jóvenes- lo que va acompañado de una disminución de la cantidad de hierro.

Hay ocasiones en las que existe una trombocitosis -alta producción de plaquetas- y no necesariamente va acompañada de una deficiencia de hierro, este es el caso cuando el problema está directamente relacionado con la producción de hemoglobina, se trata pues, de una anemia microcítica congénita o adquirida.

El diagnóstico es importante para buscar el mejor tratamiento que se dará con respecto a la causa, cabe señalar que las principales causas de la anemia microcítica son: sangrado crónico -en particular el gastrointestinal-, sangrado uterino, embarazos múltiples.

También se da el caso cuando se presenta una anemia normocítica -donde existe un volumen normal de las células rojas de la sangre- que llega a convertirse rápidamente en microcítica, en este caso destaca que el contenido de hierro de la sangre se reduce pero la transferrina no aumenta. Generalmente existe la presencia de un recuento de plaquetas elevado -trombocitosis- así como signos de inflamación.

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